Magia Technicolor


Me pareció una buena idea nombrar así este post en el blog, ya que rondando por algunas de las salas de chat que tratan el “esoterismo” de una u otra forma más o menos vulgar en mayor o menor medida, se hablaba de un tema tan controversial como lo es “la magia”

En la plática, surgían temas como los encantamientos, los “amarres”, y algo que llamó mucho mi atención fue la obsesión desmedida en darle color a algo sumamente subjetivo como lo es la “magia”.

Creo que sería bueno tener una idea sobre la definición de lo que llamamos magia.
Al parecer el nombre se deriva del latín “magia”, derivado a su vez del griego μαγεία, de igual significado que en español.

Probablemente estos a la vez se derivan del antiguo persa “magush” que significaba “Ser Capaz”, “Tener Poder”.

También se nos dice que magia deriva de “magi”, concepto muy interesante ya que al parecer en la antigüedad un “magi” era sinónimo de sabio, o sea, alguien que poseía “el conocimiento”.

En post anteriores se ha hablado del “Gran Trabajo” y lo traigo a colación ya que se supone que estos “magi” eran personas que habían logrado realizarlo.

Al parecer el trabajo mágico (el cual a mi criterio está libre de colores, sabores y olores), consiste esencialmente en las acciones del “magi” para lograr la trascendencia de su propio ser, la reintegración del mismo, culminar “La Gran Obra”.

En términos de la vox populi, la magia es el arte que pretende producir, por medio de ciertas prácticas, efectos contrarios a las leyes naturales; lo cual considero como una definición muy pobre y limitada sobre la concepción que pulula acerca de la magia.

Este tipo de definiciones da ideas erróneas acerca de la magia y el uso de colores… magia negra = “mala”, magia blanca = “buena”, magia roja.. gris.. etc…

Es algo totalmente normal y antropológico la razón de ser de este fenómeno, ya que a través del tiempo, todo el conocimiento llega a un punto en que puede ser viciado por la falta de comprensión del mismo y la tradición oral de este error.

Cornelio Agrippa opinaba al respecto de la magia: “Es preciso, que quienes quieren dedicarse al estudio de esta ciencia (la magia) posean la Física que explica las cualidades de las cosas y en la que se hallan las propiedades secretas de cada ser; que sepan bien matemática, que conozcan las estrellas, sus aspectos y sus figuras, puesto que de ellas depende la virtud y la propiedad de cada cosa elevada; y que entiendan bien la Teología por la que se conoce les sustancias inmateriales que distribuyen y gobiernan todas las cosas, para poseer la facultad de razonar la magia.

Pues no puede haber obra alguna de Magia perfecta, ni siquiera de magia verdadera, que no abarque esas tres facultades en total”

Se observa claramente el uso de la palabra “ciencia”, pero que es una ciencia sin experimentación?… que es una ciencia que acepta un dogma a ojos cerrados tal como erróneamente ha sido la denominación que vulgarmente se le ha dado a la magia catalogándola con colores y sometiéndola a las más ridículas prácticas, supersticiones y algunas veces terribles abominaciones.

La ciencia se denomina como tal ya que hace uso del método científico y se comprueba mediante el uso de la experimentación. Así mismo la realización de “La Gran Obra” es una constante experimentación en nosotros mismos, en el camino de la reintegración, en el camino de la trascendencia.

Al realizar un trabajo meramente espiritual parece incorrecto otorgarle denominaciones terrenales que nacen a partir de una percepción limitada por nuestros sentidos a la magia cuya fuente se nutre de lo divino.

Si bien la magia no tiene color, posee técnicas y sistemas de los cuales el “magi” se vale para su utilización y comprensión. Entre estas tenemos: La teúrgia, el sistema enoquiano, etc (sobre las cuales se hablará en otro post más adelante).

Algunas sociedades iniciáticas como la Golden Dawn, Astrum Argentum, Stella Matutina, etc. se han valido del uso de estos sistemas, de estas técnicas, para comprender aspectos internos gracias a los arquetipos que en estos sistemas se sustentan.

Para Carl Jung la magia (sistemas mágicos) era un vehículo por el cual el ser humano podía lograr una mayor comprensión de su universo y de si mismo.

Otros ven en la magia una fuente infinita de la cual pueden nutrirse y de la misma manera siendo estos los catalizadores de esa fuente única, son los responsables de su uso… por lo cual no existe magia negra, blanca, amarilla o rosada… simplemente existen seres humanos haciendo uso de ella.