1. Es el personaje central de los estudios históricos. Aunque no esté atestiguada su existencia por fuentes directas del siglo V, sin embargo, por medio de otras fuentes indirectas, se puede asegurar que fue un caudillo bretón que se levantó en armas contra los invasores anglosajones.
2. Arturo se asemeja a los reyes de la dinastía Plantagenet: Enrique I, Enrique II e incluso Ricardo «Corazón de León». El llamado Imperio Angevino, en su mayor expansión, en tiempos de Enrique II, es similar al de Arturo: Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda y más de la mitad de Francia forman parte de sus dominios. Arturo sufre una traición de su sobrino que le obliga a volver a Inglaterra cuando está a punto de conquistar Roma. Enrique II se ve implicado en problemas con la Iglesia de Roma cuando su consejero Thomas Becket se convierte en arzobispo, y tras ciertas desavenencias es acusado de su asesinato. Aquí comienza el declive de su imperio. Ricardo Corazón de León, tras la tregua con Saladino, en Jerusalén, y el intento de aunar los dos imperios, cristiano y musulmán, mediante la boda de los hermanos de ambos reyes, debe volver a Inglaterra, donde su otro hermano, Juan Sin Tierra, ha usurpado su trono. Las semejanzas son interminables. Ya dijimos que los poetas y trovadores asemejaban las características y hazañas de sus héroes a las de sus protectores a fin de ganar sus favores. Pero también es cierto que éstos querían imitar a los héroes legendarios para encumbrarse. Otros reyes ingleses se creyeron también la encarnación de Arturo, durante los siglos XIV y XV, como Enrique VII, o como el conde Ricardo de Beauchamp.
3. La situación histórica es deprimente. El hombre de la época, incapaz de cambiar la situación social, busca otras válvulas de escape. Plasma sus sueños no realizados en quiméricos reinos en donde triunfan el Bien y la Justicia. Arturo, desde Camelot, dirige a sus paladines que van en busca de aventuras para defender a los necesitados. Este tipo de relatos sustentan unas determinadas ideas políticas de ordenamiento de la sociedad. Es una apología de la clase caballeresca que intenta abrirse un hueco entre la nobleza y el clero, compartiendo algunas de las características de ambos. Es también un ataque a la clase campesina y a la incipiente burguesía: unos son sólo villanos que no creen en el honor ni en la palabra, no mantienen las costumbres, no dignifican a la mujer convirtiéndola en una Dama; los otros no son generosos, prefieren el dinero a la gloria, son cobardes y débiles. También se defiende con Arturo el tipo de monarquía absolutista de los Plantagenet frente a la monarquía francesa de los Capetos.
4. Arturo está relacionado con el dios Bran. Algunos estudiosos dicen que el nombre de Arturo viene del celta Arddu que significa oscuro, moreno, y que es uno de los sobrenombres de Bran, cuyo nombre se aproxima fonéticamente a la palabra inglesa brown, que significa también moreno. Bran era el dios de la batalla y el valor y también el protector de los bardos y de los juglares. Tanto Arturo como Bran están emparentados simbólicamente con el cuervo y con la urraca. Recordemos que el cuervo es el animal que trasciende lo material, que va más allá de la tierra física, y está relacionado con los misterios. En la mitología germana, el dios que se relaciona con el cuervo es Wotan, conocido como Odín entre los escandinavos.
5. Arturo es el representante de Cristo en la tierra. Es el defensor del cristianismo frente a los paganos, es el rey que se enfrenta a las fuerzas del mal. En alguna ocasión llega a simbolizar a Cristo mismo. El ideal caballeresco es esencialmente cristiano y la corte de Arturo es donde se plasma este ideal. Es de destacar que en los primeros relatos sobre Arturo se narra que llevaba una imagen de la Virgen María en su escudo, y que salió victorioso de una importante batalla tras llevar a cuestas una cruz como la de Cristo durante tres días y tres noches.
6. Arturo es el Rey del Mundo, el emperador del Bien, el representante de los hiperbóreos en lucha contra las tinieblas. Aparece en la Tierra cuando es necesario, como Krishna. Desaparece retirándose a la isla de Avalon cuando el ciclo ha concluido. Volverá de nuevo en el futuro. Es el rey que fue y el que vendrá. Es representante solar, trae la Luz, el Bien y la Justicia. Podemos distinguir entre una primera caracterización de Arturo como joven intrépido y predestinado a ser rey, y la posterior, como monarca ejemplar que dirige desde su corte de Camelot, el «Centro del Mundo», la «Montaña de Oro», las acciones de sus enviados, los Caballeros de la Tabla Redonda. En el primer caso es el discípulo que supera las trabas de la personalidad bajo la supervisión de sus maestros: Merlín en lo espiritual, y Sir Héctor en lo heroico y caballeresco. También Cristo fue educado por José el carpintero y otros maestros espirituales. Tras su aprendizaje, logra desembarazar a la voluntad de sus ataduras materiales: extrae la espada de la piedra o del yunque. Astrológicamente, lo relacionan con el signo de Sagitario y con el Sol.
7. No es Arturo el personaje central bajo esta clave, sino su esposa Ginebra. Arturo necesita, para ser verdadero rey, una esposa que le está predestinada. Su autoridad reside en la unión que realiza con la Mujer. Ginebra representa para Arturo más bien el acceso a la soberanía, no el amor. Arturo en la segunda época se mantiene al margen de las cuestiones amorosas y son sus más ardientes caballeros, Kay, Gawain, Perceval, Lancelot, los que por amor a la reina acuden en su ayuda. Arturo no es celoso porque aprende que a sus caballeros sí les es necesaria la «inspiración amorosa» por una Dama, mientras él se muestra frío y distante.
Etiquetas: Enseñanzas
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Sin duda La Leyenda del Rey Arturo nos enseña sobre estas virtudes y nos llena de esperanza el corazon