Los relatos del ciclo artúrico, de origen pagano, fueron cristianizados por clérigos de la época para educar, tanto al pueblo como a los nobles. Para encauzar las creencias ajenas al cristianismo, la Iglesia transformó éstas para no oponerse a las tradiciones populares. Los dioses celtas, romanos o de cualquier otra cultura se convirtieron en santos cristianos, los druidas en sacerdotes, los guerreros en caballeros cruzados -militia Christi-, y el caldero mágico en el Santo Grial, cáliz de la Última Cena.
Etiquetas: Enseñanzas
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